Hace unos años me obligaron a leer un libro llamado Los guardianes de la libertad de Noam Chomsky y Edward S. Herman. No lo elegí yo, me obligaron. Por los libros que suelo leer, sinceramente, creo que nunca hubiera llegado a un libro como éste. Se trata de un ensayo que describe con ejemplos el modelo por el que se regían los medios de comunicación estadounidenses allá por los años 80.
En él se hace una crítica de la dependencia de los medios de comunicación sobre las grandes corporaciones, ya sea por la necesidad de la publicidad para su subsistencia como de la necesidad de nuevas noticias cuyos proveedores principales eran los departamentos de prensa de los gobiernos o de las empresas.
En torno a estas dos variables se creó una necesidad que impedía una idílica libertad de expresión ya que los periodistas se debían regir por una línea editorial determinada. Sin embargo, con Internet ha cambiado el modo al que accedemos a la información pero, ¿ha cambiado también dicha dependencia?
El modelo de negocio en Internet
Internet nació allá por el año 1969, pero no sería hasta veinte años más tarde, es decir, hasta el año 1989 cuando se publicó la primera web. Como podéis ver, nada de potentes imágenes, ni diseño gráfico.
Como sabéis, nada tienen que ver las webs actuales con la que creó Tim Berners-Lee hace ya más de treinta años. Ahora es impensable que las empresas no conciban internet como un canal de venta online ademas de ser el mismo canal donde los usuarios validan si una determinada experiencia es la que buscan o no. Sin embargo, a los medios de comunicación les afectó de forma especial la explosión de Internet.
Me acuerdo cuando mis padres me mandaban los sábados y los domingos a comprar los periódicos de El País o el ABC. Como no quería problemas, acababa tirando al aire la moneda de cien pesetas que me habían dado, y era el azar el que elegía qué periódico tenía que comprar. No podíamos permitirnos el lujo de comprar dos periódicos para contrastar la información, cuando el objetivo era estar informado.
Pero me fui haciendo mayor y dejó de tener sentido ir a por el periódico. Principalmente, porque me hice mayor, pero también porque la gran mayoría de los medios de comunicación acabarían teniendo presencia en Internet allá por los años 2000, y con arrancar el ordenador de sobremesa (que ya tenía su esfuerzo), podíamos acceder a la información de los dos periódicos de forma gratuita y sin necesidad de tirar ninguna moneda para que nadie se enfadara. Pero, si el mismo contenido iba a estar online, ¿por qué íbamos a pagar por él?
Algunos de ellos, apostaron por los modelos de suscripción sin llegar a funcionar todo lo bien que se pensaba. En un sector cualquiera, una empresa puede apostar por la diferenciación en calidad y, por tanto, aumentar el precio de un producto o, por el contrario, luchar en precios ante productos similares al de la competencia. En cambio, en internet, solemos consumir titulares, por lo que la calidad informativa está focalizada en encontrar el titular más llamativo.
Cuando el soporte era papel, pocas veces recortábamos artículos para compartirlos con los amigos. Tenía que ser una noticia muy importante como que el Real Madrid había ganado la Champions League o que yo había ganado el torneo de tenis de la semana anterior. Es broma. Bueno, es verdad. Mi papá lo hacía por mí.
Ahora leemos titulares y, si son graciosos o nos afectan de alguna manera, los compartimos por WhatsApp, llegando muchos de ellos a convertirse en virales. Muchos de los objetivos de la viralización de contenidos se encuentran en obtener beneficios con la publicidad o incluso provocar la mera desinformación en la población en épocas determinadas como la actual.
Gratuidad a costa de privacidad
En el caso de periódicos, webs, blogs, redes sociales, etcétera, tenemos que tener en cuenta que la propia navegación que un usuario puede realizar puede ser importante para la propia empresa de cara a mejorar el rendimiento de la web, mejorar la experiencia, ofrecer una publicidad personalizada propia, mantener el login del usuario, orientar el contenido en base a la geolocalización o, incluso también para terceros (ad-servers) de cara a mejorar sus ventas.
Figura 6: Captura de datos al visitar un blog o un periódico online
En el vídeo anterior, donde Chema Alonso mostraba cuál era la captura masiva de datos en webs y blogs para mantener esta industria a cambio de la privacidad, se puede observar la cantidad de permisos que damos con un solo clic. En general, es importante lo siguiente respecto a la privacidad en Internet:
Pero, ¿es realmente con falta de privacidad para mejorar los negocios de los anunciantes con lo que pagamos los servicios de Internet, o hay algo más? Como veremos, la creencia de que estamos pagando muchos de los servicios de la Red al admitir la desinformación, es una teoría cada vez más ampliamente aceptada, y que hay que solucionar para mejorar el aporte que hace Internet a nuestras vidas.
(Continúa en la parte 2)
Saludos,
Autor: Yaiza Rubio, Head of Network Tokenization en CDCO Telefónica y autora de los libros "Bitcoin: La tecnología BlockChain y su investigación", y el libro "Manual de ciberinvestigación en fuentes abiertas: OSINT para analistas". Puedes contactar directamente con Yaiza Rubio en su perfil en MyPublicInbox.
Figura 1: Privacidad y desinformación: ¿Es así como pagamos Internet? (Part 1 de 2) |
En él se hace una crítica de la dependencia de los medios de comunicación sobre las grandes corporaciones, ya sea por la necesidad de la publicidad para su subsistencia como de la necesidad de nuevas noticias cuyos proveedores principales eran los departamentos de prensa de los gobiernos o de las empresas.
Figura 2: Los guardianes de la libertad |
En torno a estas dos variables se creó una necesidad que impedía una idílica libertad de expresión ya que los periodistas se debían regir por una línea editorial determinada. Sin embargo, con Internet ha cambiado el modo al que accedemos a la información pero, ¿ha cambiado también dicha dependencia?
El modelo de negocio en Internet
Internet nació allá por el año 1969, pero no sería hasta veinte años más tarde, es decir, hasta el año 1989 cuando se publicó la primera web. Como podéis ver, nada de potentes imágenes, ni diseño gráfico.
Como sabéis, nada tienen que ver las webs actuales con la que creó Tim Berners-Lee hace ya más de treinta años. Ahora es impensable que las empresas no conciban internet como un canal de venta online ademas de ser el mismo canal donde los usuarios validan si una determinada experiencia es la que buscan o no. Sin embargo, a los medios de comunicación les afectó de forma especial la explosión de Internet.
Figura 3: Primera página web creada por Tim Berners-Lee |
Me acuerdo cuando mis padres me mandaban los sábados y los domingos a comprar los periódicos de El País o el ABC. Como no quería problemas, acababa tirando al aire la moneda de cien pesetas que me habían dado, y era el azar el que elegía qué periódico tenía que comprar. No podíamos permitirnos el lujo de comprar dos periódicos para contrastar la información, cuando el objetivo era estar informado.
Pero me fui haciendo mayor y dejó de tener sentido ir a por el periódico. Principalmente, porque me hice mayor, pero también porque la gran mayoría de los medios de comunicación acabarían teniendo presencia en Internet allá por los años 2000, y con arrancar el ordenador de sobremesa (que ya tenía su esfuerzo), podíamos acceder a la información de los dos periódicos de forma gratuita y sin necesidad de tirar ninguna moneda para que nadie se enfadara. Pero, si el mismo contenido iba a estar online, ¿por qué íbamos a pagar por él?
Figura 4: Portada de una edición online de El Pais de 2004 en Web Arvhive |
Algunos de ellos, apostaron por los modelos de suscripción sin llegar a funcionar todo lo bien que se pensaba. En un sector cualquiera, una empresa puede apostar por la diferenciación en calidad y, por tanto, aumentar el precio de un producto o, por el contrario, luchar en precios ante productos similares al de la competencia. En cambio, en internet, solemos consumir titulares, por lo que la calidad informativa está focalizada en encontrar el titular más llamativo.
Cuando el soporte era papel, pocas veces recortábamos artículos para compartirlos con los amigos. Tenía que ser una noticia muy importante como que el Real Madrid había ganado la Champions League o que yo había ganado el torneo de tenis de la semana anterior. Es broma. Bueno, es verdad. Mi papá lo hacía por mí.
Ahora leemos titulares y, si son graciosos o nos afectan de alguna manera, los compartimos por WhatsApp, llegando muchos de ellos a convertirse en virales. Muchos de los objetivos de la viralización de contenidos se encuentran en obtener beneficios con la publicidad o incluso provocar la mera desinformación en la población en épocas determinadas como la actual.
Gratuidad a costa de privacidad
En el caso de periódicos, webs, blogs, redes sociales, etcétera, tenemos que tener en cuenta que la propia navegación que un usuario puede realizar puede ser importante para la propia empresa de cara a mejorar el rendimiento de la web, mejorar la experiencia, ofrecer una publicidad personalizada propia, mantener el login del usuario, orientar el contenido en base a la geolocalización o, incluso también para terceros (ad-servers) de cara a mejorar sus ventas.
Figura 6: Captura de datos al visitar un blog o un periódico online
En el vídeo anterior, donde Chema Alonso mostraba cuál era la captura masiva de datos en webs y blogs para mantener esta industria a cambio de la privacidad, se puede observar la cantidad de permisos que damos con un solo clic. En general, es importante lo siguiente respecto a la privacidad en Internet:
- Direcciones de correo o números de teléfono: Las empresas necesitan hacer un match entre tu actividad física a tu actividad online. Los correos electrónicos o números de teléfonos dados en una tienda física/online para recibir determinada información son importantes para ofrecer publicidad online.
- Localización: Se necesita la localización para perfilar contenido o publicidad de determinados anunciantes recogiendo la localización desde donde te conectas a internet, desde donde usas tu móvil o la localización que recopilan determinadas apps al haberles dado dicho permiso.
- Cruzado de datos: Es importante la compra de datos a terceras fuentes que han recopilado tu navegación, o que han hecho que te hayas instalado su app o determinadas compras que hayas hecho online o físicamente.
- Identidad inferida: Es un ejemplo que me gusta explicar con Twitter. Pongamos que sueles usar la app de Twitter para tu dispositivo móvil a la misma hora y con la misma red donde navegas por determinados sitios webs con tweets insertados. En este caso, Twitter podrá inferir que tu dispositivo Android y tu equipo están relacionados y, luego, sugerirte tweets o anuncios relacionados con tus gustos en tu dispositivo Android.
- Actividad: La propia actividad que haces sobre una plataforma, les ayuda a saber más sobre un perfil de cara a segmentar publicidad en base a tus intereses.El contrato está claro. Estamos aburridos de escucharlo. Producto gratuito a costa de tu privacidad. Precisamente por eso, porque no existen muchas alternativas al modelo actual de Internet, han nacido proyectos con otros enfoques:
- Flattr: esta plataforma permite a los usuarios de Internet recargar una cantidad de dinero al mes y contribuir con donaciones a aquellas páginas que te gusten. Al cabo de 30 días, tu suscripción será repartida entre aquellos creadores que hayas elegido.
Figura 7: Creadores adscritos a Flattr |
- Tegger: una vez registrado, puedes ganar tokens que serán almacenados en tu wallet a medida que das información sobre tus intereses, navegas por sitios afiliados a Tegger o recomiendas el proyecto. Esos tokens llamados Teggers podrás intercambiarlos por los productos que se encuentran en su marketplace.
Figura 8: Formas de ganar tokens en Tegger |
- Google Contributor: en este proyecto debes hacer un pago inicial y cada vez que se visite una página sin anuncios se recompensará a la página de ese creador. El creador del sitio web es el que decide el precio por página. Añadir sitios a tu web o quitarlos es configurable.
Figura 9: Proyecto de Google Contributor |
Pero, ¿es realmente con falta de privacidad para mejorar los negocios de los anunciantes con lo que pagamos los servicios de Internet, o hay algo más? Como veremos, la creencia de que estamos pagando muchos de los servicios de la Red al admitir la desinformación, es una teoría cada vez más ampliamente aceptada, y que hay que solucionar para mejorar el aporte que hace Internet a nuestras vidas.
(Continúa en la parte 2)
Saludos,
Autor: Yaiza Rubio, Head of Network Tokenization en CDCO Telefónica y autora de los libros "Bitcoin: La tecnología BlockChain y su investigación", y el libro "Manual de ciberinvestigación en fuentes abiertas: OSINT para analistas". Puedes contactar directamente con Yaiza Rubio en su perfil en MyPublicInbox.
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